Mucho se ha escrito sobre el secreto de la creatividad, el Eureka!, el momento lúcido, la iluminación o la inspiración. Pero a pesar de los avances en la investigación sobre estos temas, la mayoría de «creativos», entre los que me incluyo, pensamos que estamos en la cima de la creatividad y que nuestro potencial creativo esta fuera de toda duda. Nada más lejos de la realidad. En este artículo conoceremos las técnicas más importantes utilizadas para desarrollar y potenciar nuestra creatividad y aprenderemos a ser más creativos.
Un investigador de una universidad de Estados Unidos hizo una prueba muy sencilla, enseñó el mismo dibujo a niños y adultos y les dijo que propusieran ideas, cualquier cosa. Los niños ganaron por goleada. Propusieron más del doble de ideas que los adultos. No cabe la menor duda que para ser muy creativo debemos ser un poco niños, o mejor dicho, proponer nuestras soluciones de diseño sin ningún tipo de restricción, moral o física.
Los profesionales estamos muy limitados por el entorno. Somos mercenarios de la industria, que debemos satisfacer las necesidades, tanto de los fabricantes como del usuario final. Siempre damos por sentados muchas cosas que luego no se cumplen. Esas restricciones limitan nuestra creatividad e impide que podamos proponer otras alternativas. Estas otras alternativas, han dado pié a una vertiente que estudia y experimenta sobre el llamado pensamiento divergente.
Uno de los tópicos de debemos ir eliminando de nuestras cabezas es el de que la creatividad es un don divino, que se nace siendo creativo. Pues actualmente sabemos que no es así. La creatividad, o mejor dicho, ser creativos, se puede aprender.
El concepto de creatividad esta íntimamente ligado al de rentabilidad. Si tenemos una idea muy creativa, la posibilidad de que tenga éxito en el mercado es mucho mayor que una idea poco creativa. Con esto animo a todos los empresarios a que inviertan en diseño, no hay mejor forma de rentabilizar su negocio.
La creatividad se puede medir, sí. En el libro «1000 ejercicios de creatividad clasificados”, Mauro Rodríguez, McGraw‐Hill Interamericana de Mexico, 1995, se exponen múltiples métodos para ver si somos creativos y desarrollar nuestra creatividad. Muy recomendable. Diseñadores egocéntricos abstenerse.
Otro aspecto fundamental es la educación. Y ya no me refiero a las escuelas y universidades especializadas en la enseñanza del diseño (esto ocupará un artículo completo en otra ocasión), si no que me refiero a la educación en general. Sin duda, el sistema actual de enseñanza en todo el mundo, digamos que no fomenta la creatividad, si no más bien la capacidad de acumular títulos y carreras sin más beneficio que la titulación. La creatividad esta aniquilada en este sistema de enseñanza. Os recomiendo fervientemente que veáis este vídeo esclarecedor sobre el tema, de Sir Ken Robinson, Las escuelas matan la creatividad, TED 2006 (ver vídeo).
Volviendo a las alternativas para buscar la creatividad y ahondando en el pensamiento divergente, los expertos recomiendan «mirar de otra forma», buscar una nueva perspectiva evitando interpretarlos desde nuestra experiencia pasada. Es decir, desembarazarnos de cualquier experiencia del pasado, para reestructurar el problema y buscar nuevas soluciones, solo que esta vez no buscaremos una única solución (pensamiento convergente) si no que plantearemos múltiples soluciones a esta nueva estructuración del problema, con la posibilidad de, más adelante, conseguir una solución mucho más creativa y, por consiguiente, rentable.
Para no aburrir, citaré solo las técnicas más importantes (a mi juicio) para desarrollar ese pensamiento divergente en la búsqueda de soluciones más creativas:
- método 5W1H de Kipling. Es un método muy sencillo de entender y aplicar, y responde a las preguntas de qué, quién, como, cuando, por qué y donde.
- Diagrama de Ishikawa o causa efecto (gráfico anterior). Esta técnica es ideal para detectar y organizar los factores que influyen en el problema.
- Parafrasear el problema. El origen de la vacuna.
- Pensar en positivo.
- Ponerse en lugar de otro.
- Meterse en el problema.
- Redefinir el problema. Lista Fenix de la Cia.
- Dar la vuelta al problema. El diseñador de la lata Pringles.
Existen técnicas que «hacen visibles los pensamientos». Para ello se usan los llamados mapas mentales o mind map.
Los mapas mentales son una fuente inagotable de creatividad porque fomentan el pensamiento divergente, son rápidos de realizar, ayudan a categorizar, solo aparecen las ideas principales y sobre todo ilustran las ideas.
Otra técnica muy interesante es el análisis del campo de fuerzas de Kurt Lewin. Consiste en una representación gráfica de las fuerzas positivas y negativas que influyen en un problema.
Técnica SCAMPER. A mi juicio, es la técnica que mejor desarrolla la idea de pensamiento divergente. Consiste en retrasar el juicio de las ideas para tener muchas, evitando matar las ideas antes de tiempo.
Brainstorming o tormenta de ideas. Sin duda es la técnica más conocida entre los diseñadores. Consiste en proponer ideas y anotarlas como surgen, sin criticar ni rechazar ninguna, ni reflexionar ni discutir. En una segunda fase se procede a una valoración de estas ideas, en función de unos parámetros definidos:
A partir de ahora, posiblemente entenderemos la creatividad de otra forma distinta. Muchos de nosotros ya no acudiremos a la Divina Providencia para que nos ilumine con esa idea que no surge, con esa solución que no encaja en el problema. Ya no esperaremos a que nuestra musa de turno nos inspire y nos haga decir Eureka!. A partir de ahora entenderemos el problema de una forma más analítica. Dicho análisis nos ayudará a conocer en profundidad el problema a solucionar, su entorno, su origen, etc. Pero lo mejor de todas estas técnicas es que nos ayudan a llegar al final del proceso creativo con unas propuestas mucho más variadas, rentables, enriquecedoras y por consiguiente, creativas.
Autor del artículo: Vicent Peris, Diseñador de producto. CEO en Perisstudio
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